Repensar el espacio recreativo: rumbos y derivas en tiempos de confinamiento

Abstract

Por todos lados vemos claves que nos invitan a repensar las dimensiones que hacen a lo que llamamos el espacio recreativo y, particularmente, al tipo de encuentro que se da desde la recreación educativa. Este espacio, que históricamente ha operado como encuadre para las diferentes intervenciones de nuestro campo se ve, hoy más que nunca, cuestionado y tensionado. El espacio recreativo, como encuadre de nuestras prácticas, habilita que se dé un tipo singular de experiencia (Larrosa, 2006). En particular, nos interesa profundizar sobre la configuración del encuentro que se da en este espacio, un encuentro mediado por la lúdica, la gratuidad, el involucramiento del ser, lo grupal y la participación (Lema y Machado, 2013). Creemos que, en el actual contexto histórico, tenemos el desafío de repensar el espacio recreativo para habilitar otras formas de encuentro. La concepción de espacio recreativo guarda en sí misma una concepción particular de la experiencia espacio-temporal de los sujetos. Durante toda la historia de la humanidad, el encontrarse significó el compartir un tiempo y un espacio común, que daba marco y habilitaba tal acontecimiento, el encuentro. Antropológicamente existen diversas formas de encuentro y de presencia, occidente adoptó una experiencia espacio temporal particular, en la cual el dónde y el cuándo eran coordenadas fundamentales. La copresencia física, si bien no es la única forma de presencialidad, fue durante mucho tiempo la hegemónica, y desde cierto punto de vista, la condición esencial para que se diera el encuentro desde la recreación.