Dar la bienvenida. Pensando un primer encuentro en Recreación

Abstract

Este texto se para en la mirada de quienes transitan unas primeras lecturas en torno a pensar la coordinación de espacios educativos, en especial en Recreación. Entendemos que quienes vamos a coordinar, facilitar, acompañar un encuentro en Recreación, lo hacemos desde nuestro mapa del mundo, con los cristales que hayamos construido, con las posibilidades y limitaciones que traemos; pero también con nuestras expectativas y nuestra magia. Vamos a encontrarnos con personas a compartir un tiempo y un espacio con una finalidad determinada y en un contexto particular. Bien. ¿Qué sabemos de esas personas? ¿Qué queremos que se ponga en juego? ¿Cómo va a circular la palabra? ¿Va a ser todo en grupo total o habrá subgrupos? ¿Habrá gente con alguna característica que tengamos que tener en cuenta? ¿Alcanzarán las sillas? ¿Usaremos las sillas? Las preguntas se agolpan. Algunas tendrán respuesta a tiempo, y otras no. Unas tienen que ver con el grupo, otras con lo que queremos que suceda. Pensar el encuentro es armar, es imaginar lo que queremos que pase y hacer lo posible para que acontezca, dando lugar a la incertidumbre y, en especial, a lo que el grupo pueda crear. Y esto es, otra vez, estar abriendo la posibilidad de que ese mundo que soñamos se haga un poquito realidad, pero también con los pedacitos de mundos que cada quien viene creando. Una planificación entonces tiene que habilitar un espacio para poder movernos y escuchar. Para que la gente se encuentre y pueda decir. Y, a la vez, una estructura que nos contenga y nos traiga un orden posible al recorrido planeado.